3I Atlas: La tecnología vs La Fe.
Escrito por Sal Y Luz Radio en 04/11/2025
En los últimos días, la humanidad ha sido saturada con noticias acerca del cometa 3I ATLAS. Este objeto, que se acerca a la Tierra, no solo ha captado la atención por haber alterado su curso y velocidad, sino también por las imágenes (cuya veracidad aún se debate) obtenidas por diversos observatorios mundiales. Lo que resulta fascinante es su apariencia: algunos dicen que parece tener forma de nave extraterrestre, con luces y otras características anómalas.
Esta extraña coyuntura me trajo a la memoria un viejo capítulo de Star Trek, el cual vi hace muchos años atras. En él, se establecía que los tripulantes de la nave Enterprise tenían prohibido mostrarse a habitantes de planetas menos desarrollados. ¿La razón…? Para estas civilizaciones primitivas, una tecnología tan avanzada sería automáticamente interpretada como divinidad.
Esta explicación resulta casi lógica, ¿no cree?
¿Podría acaso el cometa ATLAS ser, en realidad, una nave espacial tripulada por seres que estuvieron aquí hace miles de años? Seres que, por la tecnología superior que poseían, fueron tomados como dioses…?
De ser así, tendríamos una respuesta intrigante para muchos de los eventos más misteriosos de la historia de la fe:
El carro de fuego en el que Elías fue llevado al cielo.
La ascensión de Jesús entre las nubes.
Incluso juicios divinos descritos en las Escrituras, como la destrucción de Sodoma y Gomorra.
es precisamente aquí donde debemos detenernos para trazar una línea firme, pues la verdad innegable es que el 3I ATLAS es una simple roca cósmica regida por las leyes naturales del universo, las cuales fueron dispuestas por el creador del universo (Dios).
Pero la narrativa persistente y global de que es una «nave espacial» no es accidental; es una mentira cuidadosamente orquestada, una táctica de engaño con un profundo objetivo profético.
Satanás y sus seguidores están condicionando la mentalidad humana a aceptar lo extraordinario como explicación final. La humanidad está siendo preparada para recibir la idea de que los «dioses» o «seres superiores» existen y están interviniendo con tecnología avanzada. Esta gran mentira tiene un blanco específico: justificar el futuro Rapto de la Iglesia.
Cuando los verdaderos creyentes sean arrebatados de la Tierra, el mundo incrédulo no aceptará la verdad bíblica. En su lugar, el aparato de desinformación global ofrecerá una «explicación científica» o «extraterrestre» conveniente: dirán que la desaparición de millones de personas no fue un acto de Dios, sino una abducción masiva ejecutada por las avanzadas civilización extraterrestres. Este engaño servirá para sembrar el caos, negar la inminente llegada de Cristo y justificar todos los prodigios que vendrán después, arrastrando a la humanidad a una falsa paz basada en la mentira.
Precisamente, esta facilidad con la que la humanidad puede ser llevada a creer en «grandes prodigios» nos remite al corazón de las advertencias de Jesús. En Mateo 24, al hablar de los acontecimientos que precederán a Su Segunda Venida, Cristo advierte: «Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos.» (Versículo 24)
La intensidad del engaño será tal que la pregunta es inevitable: ¿Serán tan convincentes los falsos milagros de falsos mesías y profetas de los últimos tiempos que incluso los creyentes genuinos se desviarán?
Yo le hago otra pregunta primeramente: Acaso usted, (siendo cristiano) no dudo ni un segundo si este cometa no podría ser una nave…?
Afortunadamente, la respuesta a esa pregunta es no, por dos razones fundamentales:
La Imposibilidad Gramatical: Casi todos los comentaristas bíblicos coinciden en que la frase «de ser posible» en el texto griego (eklektós) indica claramente la imposibilidad de que los elegidos sean arrastrados al engaño final. La intención de la mentira será engañar a todos, pero la gracia de Dios prevalecerá.
La Protección Divina: La Biblia afirma con firmeza que la permanencia de los elegidos es garantizada por Dios. Pablo nos enseña que Dios «nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo» (Efesios 1:4). Pedro afirma que los elegidos «son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo» (1 Pedro 1:5). La perseverancia de los santos no depende de su propia fuerza, sino del poder de Dios.
Respecto a seguir a falsos Cristos, la analogía que utiliza Jesús en Juan 10:2-5 es definitiva: «Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
Las ovejas conocen a su Pastor. Si bien es cierto que antes de la salvación «éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos» (Tito 3:3), la Biblia es clara: los elegidos de Dios no pueden ser engañados hasta el punto de perderse definitivamente. Permitir que los elegidos se pierdan frustraría la elección divina, lo cual no es posible.
La promesa es firme: todos los que están en Cristo han sido predestinados, llamados, justificados y finalmente serán glorificados (Romanos 8:30). Los que han sido entregados a Cristo no se perderán jamás (Juan 10:28).