La bendición de una esposa excelente

«Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas» (v. 10). Es difícil encontrar una esposa tan buena. La palabra hacendosa (hayil) puede significar «fuerza, capacidad, valor o dignidad». Esta mujer ejemplifica cada una de estas cualidades, ya que tiene una gran capacidad, un carácter noble y un fuerte compromiso con Dios y su familia. Solo el Señor puede proporcionar una mujer tan excelente: «Casa y riqueza son herencia de los padres, pero la mujer prudente viene del SEÑOR» (Pr 19:14). «El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del SEÑOR» (18.22). Esta mujer virtuosa es un regalo invaluable de Dios.

¿Es de extrañar que «el corazón de su marido confíe en ella» (v. 11)? Su marido tiene fe en ella porque «ella le trae bien y no mal todos los días de su vida» (v. 12). Ella lleva sus muchas fortalezas a su matrimonio, cada una de las cuales se adapta de forma única para complementar las debilidades de él. Los dones de ella se convierten inmediatamente en ganancias para él, y le proporciona muchas cosas que hacen que confíe en ella…

Su servicio

En primer lugar, esta esposa extraordinaria le sirve incansablemente. No se queda de brazos cruzados, sino que busca activamente «lana y lino», y «con agrado trabaja con sus manos» (v. 13) para hilar hilo y fabricar material. «Es como las naves de mercader» (v. 14), lanzándose a buscar la mejor tela, al mejor precio, para hacer la mejor ropa. Esta esposa abnegada «se levanta cuando aún es de noche» (v. 15) para preparar la comida de su familia. Como excelente administradora, supervisa a «sus doncellas» mientras sirven junto a ella en el hogar.

Su éxito

En segundo lugar, esta mujer emprendedora ejerce su buen juicio en sus numerosos negocios. Ella con astucia «evalúa un campo» y luego lo compra. Allí planta una «viña» (v. 16). Al «ceñirse de fuerza» (v. 17), ella obtiene ingresos disponibles para su familia. Estos negocios producen «ganancias» (v. 18), proporcionando recursos adicionales para compartir con otros. Trabaja hasta bien entrada la «noche» con su «rueca» y su «huso» (v. 19) para confeccionar prendas de vestir para su familia.

Su sacrificio

En tercer lugar, esta mujer diligente da generosamente al «pobre» y al «necesitado» (v. 20). Cuando se acerca «la nieve», también da a su familia. Ella ha planeado con antelación, haciendo ropa «escarlata» (v. 21) para su casa. No escatima esfuerzos ni costes para proveer lo mejor que puede. Después de proveer a los demás, esta esposa industriosa confecciona «mantos» y ropa «para sí» con «lino fino y púrpura» (v. 22). Su capacidad para dar prendas costosas es una evidencia clara del favor de Dios sobre sus labores.

Su destreza

En cuarto lugar, sus muchas virtudes mejoran la posición de su marido en «las puertas» (v. 23), donde se reúnen los dirigentes de la ciudad. Con gran sabiduría, esta esposa excelente «hace», «vende» y «provee» (v. 24) sus bienes. A pesar de ser muy competente, no compite con el liderazgo de su marido, sino que lo refuerza con su humilde sumisión, y todos lo saben.

Su fortaleza

En quinto lugar, esta apreciada esposa mira al futuro con «fuerza» y «dignidad» en su interior (v. 25). Aunque anticipa muchos desafíos, sin embargo «sonríe» (v. 25) con una confianza positiva en el cuidado providencial del Señor. Está esperanzada en que el suministro del cielo cubrirá todas las necesidades de su familia. Cuando la gente busca su consejo, ella les habla palabras de «sabiduría» y «bondad» (v. 26). Aunque esté ocupada fuera de casa, no descuida «su casa» (v. 27).

Su supremacía

En sexto lugar, es una madre tan buena que, cuando sus hijos observan su excelencia, «la llaman bienaventurada» (v. 28). Su esposo ve sus rasgos de carácter en la crianza de los hijos y «la alaba». Él se jacta de que ella, entre las mujeres, «las supera a todas» (v. 29). A sus ojos, no hay nadie que pueda pretender legítimamente ser igual a ella.

Su espiritualidad

En séptimo lugar, la verdadera grandeza de esta mujer es su devoción espiritual. Ella «teme al Señor» (v. 30). El «encanto» y la «belleza» por sí solos son «engañosos» y «vanos». Para él, la verdadera atracción de ella es su reverencia por Dios. Incluso los dirigentes de la ciudad la «alaban» en las «puertas» (v. 31), reconociendo la integridad de su vida. Su marido premia su fidelidad y su laboriosidad. Él es el más bendecido de los hombres.

¿Es de extrañar que su marido confíe en ella? La realidad de Dios en su vida la hace merecedora de su plena confianza. Según todas las estimaciones, ella es «la corona de su marido» (12:4). Solo Dios puede proporcionar una compañera tan excelente.

¿Te ha dado el Señor una esposa tan excelente? ¿Ves cómo es específicamente adecuada para ti? ¿Reconoces cómo ha aumentado tu eficacia para el Señor? Entonces da gracias a Dios por esa mujer en la que confía tu corazón.

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.