Los Super Espirituales
Escrito por Sal Y Luz Radio en 01/12/2019
Usted se preguntará, ¿Qué es un “Súper espiritual” ? , y yo le contestaría en mis propias palabras que un Súper espiritual es aquella persona que se cree más Santo, más digno y mejor que sus demás hermanos en la fe. Un súper espiritual es un legalista que ama poner cargas a los demás que ellos mismos no tocan ni con un dedo.
Los súper espirituales se jactan de su súper espiritualidad y a la misma vez descalifican a todo aquel que no piensa o hace igual que ellos; ellos son los únicos salvos, los únicos que tienen la verdad, los únicos Santos y los unicos que viven el Evangelio a la perfección. Estos se creen tener una relación con Dios más estrecha que sus demás hermanos en la fe.
Los súper espirituales son los que aplastan a los demás para proyectarse a ellos mismos como los únicos que viven vidas agradables a Dios, mientras que para ellos todo aquel que no sigue sus dogmas no es lo suficientemente Santo o espiritual. Los súper espirituales atacan mucho a los demás pero se fijan muy poco en sus propias faltas .
Los Súper espirituales se jactan de su vida espiritual impecable y de sus grandes logros en el Evangelio. Nadie ora más que ellos, nadie predica mejor que ellos, nadie está más lleno de Dios que ellos. Para ellos nadie llena los requisitos para ser lo suficientemente Santos y al mínimo error o pecado que cometa algún hermano en la fe lo catalogan de mundanos, hijos del diablo, liberales que están perdidos .
Ellos son los que oran de esta manera y los que hablan de esta forma en público para ser vistos y aplaudidos por los hombres :
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Lucas 18:11,12
El Súper espiritual no tiene compasión ni piedad, está tan enfocado en sí mismo y en proyectarse como a un hombre con 6 alas que camina en el aire y no comete faltas, que se olvida de la misericordia, la paciencia y el amor hacia los demás.
El súper espiritual no conoce la Gracia, y muchos menos a Dios. El súper espiritual es un Hipócrita que no reconoce que es por pura misericordia que estamos de pie en estos caminos. El súper espiritual se olvida de que cada uno de los que somos salvos estamos peleando día a día por medio del poder y la ayuda del Espíritu Santo para poder servir a Dios y agradarle lo mejor que podamos. El super espiritual desconoce lo que es el proceso de Santificación. El super espiritual se olvida de que nosotros debemos descansar en la Gracia inmerecida de Dios porque el Poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidades .
El súper espiritual se olvida de que somos polvo, de que somos malos, de que somos pecadores arrepentidos, de que separados de Dios somos inoperantes, de que nuestros corazones por naturaleza se inclina al mal y que nuestra necesidad de Dios es GRANDE.
Ohhh Cuan dañino para la Iglesia son los Súper espirituales!!!
El súper espiritual se esconde detrás de un supuesto celo por las cosas de Dios y termina dañando, dividiendo, chismeando, murmurando y acabando al mismo cuerpo de Cristo. El súper espiritual no corrige para restaurar en amor sino para exhibirse, condenar a los demás y ganar llamar la atención de quienes le escuchan, solo con el objetivo de llevarse la gloria que solo pertenece a Dios.
Estoy cansado de los súper espirituales porque hacen mucho daño a la Iglesia.
Me considero un Atalaya, defensor del Evangelio, Pastor de Jesucristo y un Siervo. Pero he aprendido que el centro de todo lo que pueda hacer para Dios debe ser basado en el Amor a Dios y a los demás. Que la Salvación que tengo hoy la recibí por pura gracia, que yo debería estar en el infierno ya, pero Cristo tuvo misericordia y me salvó, que así como los demás hermanos en la fe tienen pajas en sus ojos, así yo mismo puedo llegar a tener vigas de cemento en los míos, que debo tener misericordia y paciencia con los demás porque hoy pueden ser ellos pero mañana puedo ser yo, que debo considerarme a mí mismo a la hora de corregir a los demás porque yo mismo puedo en algún momento ser tentado y aquel que esta firme debe procurar no caer.
¿Por qué voy a ser tan inmisericorde con mi hermano? De qué vale tanta “defensa del Evangelio” y tantas predicaciones si al final estoy haciendo daño al cuerpo de Cristo y no estoy sirviendo de edificación y bendición para los demás.
Estoy cansado de los súper espirituales con capas y S grande en sus pechos que caminan en el aire y ven por encima del hombro a los demás, creyéndose ser más buenos y más santos que el mismo Dios. Más vale que se arrepientan y dejen el legalismo y el fariseísmo porque este comportamiento no agrada a Dios, pues con sus actos demuestran NO conocer al Dios de la Biblia.
Jose Lachapell –