La Resistidisima Doctrina de la Predestinacion
Escrito por Sal Y Luz Radio en 28/08/2015
Muchos son los pasajes en la Biblia que claramente hablan sobre este tema, pero la mayoria de ellos son leidos, en la mayoria de los casos, solo como un texto mas sin que se llegue a profundizar correctamente, en que es, lo que nuestro Dios nos esta diciendo por medio de dichos versiculos, talvez porque no hay doctrina mas antipatica para el hombre como la doctrina de la depravacion total y la doctrina de la eleccion divina, ya que la primera desnuda totalmente las miserias del ser humano y su naturaleza totalmente pecadora la cual lo hacen acreedor numero uno del infierno, y la segunda por poner en primer lugar la justicia humana en lugar de la justicia divina, y de esta manera, negarse a creer que el hombre nada, nada, puede hacer para obtener su salvacion, sino que esto depende pura y exclusivamente del dador de la gracia inmerecida que hemos recibido a traves de nuestro Señor Jesucristo, Dios.
Muchos crujen sus dientes contra esta doctrina; se sienten profundamente molestos cuando nos escuchan hablar de un Dios soberano que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad. En otras palabras, no soportan la idea de que de que Dios ejerza Su prerrogativa de ser Dios. Y es que pocas doctrinas de la Biblia aplastan tan rotundamente el orgullo y la soberbia del hombre como esta doctrina. La Biblia enseña con toda claridad que nuestro Dios es soberano, y que antes de la fundación del mundo Él escogió libremente a un grupo de personas para salvación, y a los otros los dejó sumidos en su justa condenación.
He aqui algunos versiculos que confirman esto:
- “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. (Romanos 8:29-30)
- “según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor” (Efesios 1:4)
- “Dios os haya escogido desde el principio para salvación” (2 Tesalonicenses 2:13)
- “nos…llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (Timoteo 1:9)
- “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado” (Efesios 1:3-6)
- “(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la eleccion permaneciese, no por la obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” (Ro 9:11-13).
- “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia… De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. ” (Romanos 9: 15-16, 18)
- “¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9: 14-16)
- “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Tesalonicenses 2: 13, 14.)
La elección es el acto de Dios por el cual en el pasado eterno Él escogió a aquellos quienes serían salvos. La elección es incondicional, porque no depende de nada fuera de Dios, tal como las buenas obras o una fe prevista (Ro. 9:16). Esta doctrina es repetidamente enseñada en la Biblia, y es también demandada por nuestro conocimiento de Dios.
Para empezar, debemos ver la evidencia bíblica.
La Biblia dice que antes de la salvación, toda persona es muerta en pecado – muerta espiritualmente (Ef. 2:1-3). En ese estado de muerte, el pecador es totalmente incapaz de responder a cualquier estímulo espiritual y entonces incapaz de amar a Dios, obedecerle, o placerle en cualquier manera. La Escritura dice que la mente de cada incrédulo es “enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Ro. 8:7-8, énfasis agregado). Eso describe un estado total de desesperanza: muerte espiritual.
El efecto de todo esto es que ningún pecador puede dar el primer paso en el proceso de la salvación. Esto es lo que Jesús quiso decir en Juan 6:44, cuando dijo, “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”.
Es también por el cual la Biblia repetidamente reitera que la salvación es completamente la obra de Dios. Considere estos pasajes:
- En Hechos 13:48 leemos, “Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna”.
- Hechos 16:14 nos dice que Lydia fue salva cuando “…el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”.
- Romanos 8:29-30 dice, “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
- Efesios 1:4-5, 11 dice, “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad…En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”.
- Efesios 2:8 dice que aun nuestra fe es un regalo de Dios.
- En 2 Tesalonicenses 2:13, el apóstol Pablo le dice a sus lectores, “Dios os haya escogido desde el principio para salvación”.
- Segunda Timoteo 1:9 nos dice que Dios “nos…llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”.
Ocasionalmente alguien sugiere que la elección de Dios es basada en Su presciencia de ciertos eventos. Este argumento sugiere que Dios simplemente mira hacia el futuro para ver a quien va a creer, y escoge a aquellos quienes Él ve que lo van a escoger. Pero note que 1 Pedro 1:2 dice que los elegidos son escogidos “según la presciencia de Dios Padre”, y Romanos 8:29 dice, “Porque a los que de antes conoció, también los predestinó”. Y si el conocimiento divino simplemente significa el conocimiento de Dios de lo que va a suceder anticipadamente, entonces esos argumentos no pueden tener nada de peso.
Además eso no es el significado bíblico de la “presciencia”. Cuando la Biblia habla de la presciencia de Dios, se refiere al establecimiento de Dios de una relación de amor con esa persona. La palabra “conocer”, en ambos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, se refiere a mucho más que solamente un conocimiento cognitivo de una persona. Tales pasajes como Oseas 13:4-5; Amos 3:2; Romanos 11:2 claramente indican esto. Por ejemplo, 1 Pedro 1:20 dice que Cristo fue “destinado desde antes de la fundación del mundo”. ¡Ciertamente esto significa mucho más que Dios Padre solamente vio hacia el futuro para ver a Cristo!
Significa que Él tenía una relación eterna y amorosa con Dios Padre. Lo mismo es verdad de los elegidos, quienes somos determinados por Dios que “antes conoció” (Ro. 8:29). Eso significa que Él los conoció – los amó – antes de la fundación del mundo.
Si la decisión de Dios para con los elegidos es incondicional, ¿descarta esto la responsabilidad humana…?
Pablo pregunta y responde a esa misma pregunta en Romanos 9:19-20. Él dice que la decisión de los elegidos es un acto de misericordia. Dejados por sí mismos, aun los elegidos persistirían en el pecado y serían perdidos, porque están tomados de la misma masa caída que el resto de la humanidad. Dios mismo es responsable por su salvación, pero no erradica la responsabilidad de aquellos quienes persisten en el pecado y son perdidos – porque lo hacen voluntariamente, y no bajo compulsión. Ellos son responsables por su pecado, no Dios.
La Biblia afirma la responsabilidad humana junto con la doctrina de la soberanía divina. Además, la oferta de la misericordia en el evangelio es extendido a todos igual. Isaías 55:1 y Apocalipsis 22:17 llama al “que desea” a ser salvo. Isaías 45:22 y Hechos 17:30 manda a todos los hombres a voltear hacia Dios, arrepentirse y a ser salvos.
Primera Timoteo 2:4 y 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios no está dispuesto a que nadie perezca, pero desea que todos sean salvos. Finalmente, el Señor Jesús dice que “al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
En resumen, podemos decir que Dios ha tenido una relación de amor especial con los elegidos desde la eternidad, y en la base de esa relación de amor los escogió para la salvación. La pregunta final del por qué Dios escogió a algunos para la salvación y dejó a otros en su estado pecaminoso, es una que nosotros, con nuestro conocimiento finito, no podemos contestar. Sí sabemos que los atributos de Dios siempre están en harmonía perfecta con los otros, para que la soberanía de Dios siempre opere en perfecta harmonía con Su bondad, amor, sabiduría, y justicia.
A pesar de la claridad con la que la Escritura habla sobre este tema, muchos que profesan ser cristianos, hoy luchan con la aceptación de la soberanía de Dios – especialmente cuando se trata de Su obra electora en la salvación. Sus protestas más comunes, por supuesto, son que la doctrina de la elección es injusta. Pero tal refutación viene de una idea humana de justicia, en vez del entendimiento objetivo y divino de la verdadera justicia. Para poder tratar apropiadamente este tema de la elección, debemos dejar al lado toda consideración humana y enfocarnos en la naturaleza de Dios y en Su estándar justo. En la justicia divina es donde debe empezar la discusión.
Qué es la justicia divina…? Dicho simplemente, es un atributo esencial de Dios que Él infinitamente, perfectamente e independientemente hace exactamente lo que quiere hacer cuando y como lo quiere hacer. Porque Él es el estándar de la justicia por definición, entonces todo lo que hace es inherentemente justo. Como William Perkins dijo, muchos años atrás, “No debemos pensar que Dios hace una cosa porque es buena y correcta, pero sino es que la cosa es buena y correcta porque Dios lo quiso y lo hizo así”.
Por tanto Dios define para nosotros lo que es la justicia, porque Él es por naturaleza justo, y lo que Él hace refleja esa naturaleza. Su propia voluntad y nada más está detrás de Su justicia. Esto significa que lo que Él quiere, es justo; y es justo, no por cualquier estándar externo de justicia, sino simplemente porque Él lo quiere así.
Porque la justicia de Dios es parte de Su carácter, no es sujeto a las conjeturas humanas de lo que la justicia debe ser.
El Creador no le debe nada a la creación, ni lo que a Él le place dar por Su gracia. Dios no actúa por obligación ni compulsión, sino por Su propia prerrogativa independiente. Esto es lo que significa ser Dios. Y porque Él es Dios, Sus acciones libremente determinados son intrínsecamente correctos y perfectos.
El decir que la elección es injusta no es solamente incorrecto, pero también falla en reconocer la misma esencia de la verdadera justicia. Lo que es justo, y correcto, y recto es lo que Dios quiere que se haga. Entonces, si Dios quiere escoger a aquellos quienes Él quiere salvar, es inherentemente justo si Él lo quiere hacer así. No podemos imponer nuestras propias ideas de justicia hacia nuestro entendimiento de la obra de Dios. En vez de ello, debemos ir a las Escrituras para ver como Dios mismo, en Su perfecta justicia, decide actuar.