En medio de la tormenta…

Escrito por en 21/06/2022

En medio de la tormenta y siendo creyentes, la mayoria de las veces nos quejamos por las situaciones adversas que debemos atravesar. Igualmente, olvidamos que otros tienen batallas más difíciles y peores que la nuestra.

El cristiano en medio de la tormenta

Jesús fue claro en decir: «..en el mundo tendréis aflicción..«(Juan 16:33). Por eso mismo, no nos equivoquemos al pensar que en la vida cristiana  hay tormentas, angustias y/o preocupaciones.

Las tormentas y tempestades nos pueden golpear en cualquier momento, sobre todo, cuando el enemigo anda alrededor buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).

No podemos evitar los tiempos de angustia, pero es posible avanzar en medio de la tormenta si confiamos en el Señor.

Vamos por favor al texto de nuestro tema en Mateo 8:23-27 RVR1960:

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos!

El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”

Antes de la tormenta

1- Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 

Tengo en mi mente la historia de aquel joven rico que pregunta a Jesús cómo heredar la vida eterna. Jesús le refiere los mandamientos, a lo que el joven responde: todo esto lo he guardado desde mi juventud…hasta ahí seguir al Maestro le era un paso simple.

Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres…y ven, sígueme.. ¿Qué?

El joven estaba acostumbrado a una vida de riquezas y comodidades. De igual forma, pensó que podía seguir a Jesús viviendo de la misma manera sin tomar en cuenta la voluntad del Señor.

Hoy muchos quieren vivir la vida cristiana bajo sus propios términos, sin importar si está o no bien delante de Dios. Creen poder amenazar a Dios diciendo: «no vuelvo a la iglesia» y de esta forma pretenden acomodar el Evangelio a su propio interés.

Seguir a Jesús se ha vuelto algo fácil, es decir, si todo está bien: Hay trabajo, buenos alimentos, dinero en el banco, y comodidad, no faltamos a la iglesia, pero….qué pasa cuando llega la tormenta????

Viviendo la tormenta

2- Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad…

Examinando en la Biblia vemos que grandes hombres de Dios enfrentaron agresivas tormentas.

apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros (He 11:34).

Y hay más:

Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; (He 11:37).

¿Cuantos de ellos dejaron de servir al Señor? Ninguno.

Algunos se escondieron en cuevas y cavernas; como por ejemplo Elias y David, hombres de fe, fieles al Señor. Nosotros a veces enfrentamos pequeñas tormentas y ya no queremos seguir a Jesús.

Ponte en el lugar de alguno de ellos. Imagina que eres Daniel, y te tiran a un foso donde hay leones hambrientos y dispuestos a devorar ¿qué harías?

No pensamos que servir al Señor sea fácil en medio de un mundo lleno de maldad, y que cada vez está peor. Además, el diablo siempre está atento en su propósito de causar daño y apartarnos de Dios.

Recordemos la parábola del sembrador, parte de la semilla cayó en pedregales…pero salido el sol, se quemó, y porque no tenía raíz, se secó.

Así son los que empiezan con gozo la vida cristiana, pero cuando llegan las tormentas, los problemas, la aflicción… tropiezan.

Israel clamó a Dios a causa de la terrible servidumbre en Egipto. Dios levantó a Moisés y los sacó de allí con mano poderosa. La alegría perduro hasta el preciso momento que comienzo la dura travesía por el desierto, cuando comenzaron a quejarse, anhelando volver a Egipto.

Los golpes de la tormenta

3- ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?

Increíblemente y a pesar de lo que el Señor ha hecho en nosotros, los milagros que hemos visto, las maravillas que hemos oído, todavía eguimos sintiendo miedo y actuamos como si no hubiera solución a nuestros problemas.

A veces la tormenta golpea tan fuerte que olvidamos que el Señor está de nuestro lado, así como los discípulos olvidaron por un momento que Jesús también estaba en la barca.

El Señor es nuestro pronto auxilio y está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad (Salmo 46:1).

4- Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.

Por más fuerte que sea la tormenta, Jesús puede convertir aquellos vientos y tempestades en momentos de victoria. El Señor…cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas (Salmo 107:29).

Así mismo, no importa cuan difícil sea la adversidad que tengamos, igualmente, comprendemos que el Señor tiene el control de todo, y es Todopoderoso para obrar a nuestro favor.

A veces sentimos silencio de parte de Dios y pensamos que él no está ahí, pero en su gran amor y misericordia, en medio de la tormenta, nos hace entender que la vida sin él no tiene sentido.

El joven David que enfrenta a un gigante enemigo, logra la victoria que ante los ojos del público era imposible. Dios sabe lo que pasa en el campo de batalla, y aunque sean momentos oscuros, su luz no nos abandona.

Jesús en medio de la tormenta

Los discípulos tenían mucho por aprender, al igual que nosotros hoy, seguir y buscar al Señor nos hará crecer cada día más.

Si los discípulos hubieran buscado a alguien diferente a Jesús para que calmase la tempestad, creo que el desenlace no sería igual.

Jesús estaba cerca de ellos, en la misma barca, pero… muchas veces confiamos más en el hombre que en el Señor que siempre está tan cerca de nosotros.

En medio de la tormenta…. la paz del Señor nunca fallará!

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