Cómo manejar el enojo biblicamente.
Escrito por Sal Y Luz Radio en 12/02/2023
Contrólalo
Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan.
Proverbios 29:11 (NTV)
Hay muchas malas acciones que son el resultado del enojo sin control; por eso la Biblia nos advierte que es de sabios tener dominio propio.
Si quieres calmarte y no reaccionar de formas que te arrepientas después, entonces comienza controlando tus palabras. En lugar de decir lo primero que se te viene a la mente, calla y tómate un tiempo para tranquilizarte. Este momento también te servirá para no decidir en base a la ira.
Sé lento en reaccionar
Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea.
Santiago 1:19-20 (NTV)
El enojo impide que escuchemos a los demás, es por tal razón que la Biblia nos dice que debemos escuchar antes que hablar y enojarnos.
En Números 14:18 dice que Dios es lento para enojarse; y es que Él nos escucha y nos da la oportunidad de ofrecer una explicación. De igual manera, nosotros debemos ser lentos para amargarnos, porque así evitaremos consecuencias desagradables en el futuro.
Por otra parte, en Santiago 1:29 (BLPH) dice que «el airado no es capaz de portarse con rectitud ante Dios». Lo cual nos da a entender que el enojo no solo nos concierne a nosotros y a nuestra relación con los demás, sino también a nuestra vida espiritual. Si queremos tener una vida recta, debemos aprender a controlar el enojo.
Piensa en el enojo como parte de tu vida pasada
Ustedes mismos se comportaban así antes de conocer a Cristo. Pero ahora tienen que dejar también todo esto: no se enojen, no busquen hacer el mal a otros, no ofendan a Dios ni insulten a sus semejantes, ni se mientan unos a otros, porque ustedes ya han dejado la vida de pecado.
Colosenses 3:7-9 (TLA)
Una manera de controlar la ira es comprendiendo que en la vida en Cristo ya no hay espacio para enojarse. La Biblia dice que somos nuevas criaturas cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas; lo cual quiere decir que debemos comportarnos acorde a nuestra nueva condición de vida.
Es cierto que no podemos suprimir las emociones; pero sí podemos dominarlas, con ayuda del Espíritu Santo, y no dejar que gobiernen nuestras vidas. Si nos dejamos guiar por los sentimientos del momento, entonces no estamos viviendo como nuevas criaturas que han dejado atrás la vida de pecado.