Joven, Reformado… y Vago
Escrito por Sal Y Luz Radio en 14/05/2022
«Jovenes reformados, mantenidos, que viven con sus padres, y «defienden» la fe a través de memes en Facebook. Quizá conozcas a alguno. Quizá tú lo seas.»
Quizá uno de los problemas más grandes de nuestros países latinoamericanos no es el socialismo de nuestros gobiernos, sino el socialismo de nuestra gente. Aunque hay muchas maneras de definir socialismo (histórica, económica, filosófica y social), uso el término aquí en un sentido coloquial, y me refiero al hecho de buscar tener cosas “gratis”, de trabajar solo lo necesario y echarle la culpa a otros, a mis padres, al gobierno o a la sociedad, por la mediocridad en la que nos encontramos. Es en este sentido que uso la palabra socialismo en este artículo. Este “socialismo de mantenidos” es un problema tanto de la sociedad en general, como en la iglesia evangélica, y que ha sido perpetuado por varias razones.
– Misioneros, Hudson Taylor y los cristianos del arroz (Rice Christians).
Poco tiempo después de llegar a la China, Hudson Taylor (el famoso misionero inglés), se dio cuenta de que habían “creyentes” que iban a los servicios dominical de las iglesias, no porque estuvieran interesados primariamente en la Palabra de Dios, sino por el arroz que se les daba. Estos “creyentes” con el tiempo llegaron a ser conocidos como “cristianos del arroz”. Lamentablemente este error ha sido cometido por algunos misioneros en Latinoamérica, que con buena intención, pero poca cordura, han contribuido a crear una generación de cristianos vagos, que esperan que todo sea gratis en la Iglesia, o que sea el misionero el que pague por todo. Querido misionero, si quieres ayudarnos, no nos des cosas gratis. No contribuyas al paternalismo ya existente en nuestras naciones latinas. No nos consideres como inferiores a ti solo por no tener los mismos recursos.
Al iniciar la Editorial Teología para Vivir, hubo algunos hermanos en Inglaterra que ofrecieron algunas donaciones para regalar libros a pastores en Perú, donde se encuentran los distritos más populosos de Lima. La mayoría de ellos se sorprendieron cuando dije “No, gracias. No quiero contribuir al problema que ya aqueja a Latinoamérica. En vez de eso, vamos a vender los libros a un precio que pueden pagar, a 4 o 5$.” No niego que hay países en las que las condiciones son extremas y que no pueden pagar esto, pienso en Cuba y Venezuela en este momento para dar dos ejemplos. En casos extremos como estos es correcto apoyar con libros subvencionados.
Yo mismo he viajado por casi todo el Perú, vivido por varios meses en la selva, en las montañas de los Andes, y por casi dos años en una de las zonas más populosas y pobres de Lima. La vasta mayoría de gente sí tiene dinero para comprar un libro que cueste 5$, pero no lo hacen. ¿Por qué? Porque prefieren gastárselo en una buena comida, o el cine, o un buen celular, y porque creen que “las cosas de la iglesia, deben ser gratis”. La mentalidad de “todo gratis” genera podredumbre en Latinoamérica. Hemos recibido la salvación por gracia, pero no gratis. Es por gracia para nosotros porque alguien mas (Cristo) tuvo que pagar un inmenso costo. Nuestra salvación es por gracia, por no fue barata.
– El gobierno no arreglara tu baño.
Tenía unos 8 o 9 años de edad, y había una campaña por la televisión llamada “Ayudando a nuestros hermanos en el sur”. El sur es una de las zonas más frías del Perú en las montañas de los Andes. Ese año el clima había sido muy frío, y las alpacas y llamas estaban muriendo congeladas. Recuerdo haber donado 1 sol (0.35$) que tenía en mi bolsillo, que era lo que mi padre me daba a la semana para golosinas, para ayudarles. Grande fue mi sorpresa cuando al año siguiente, y al año siguiente, y el siguiente, y casi cada invierno, se seguía organizando la misma campaña. Cada invierno hay una helada, cada invierno se muere el ganado, cada invierno aparece una persona llorando en la televisión diciendo: “Señor presidente, mire pues cómo se nos muere el ganado”. Cada año la gente da dinero, y cada año se repite el círculo. ¿Por qué no construyen ellos mismos un granero básico para guardar a los animales para el próximo año después de tantos años? Por mediocridad. Mi primer bachiller fue ingeniería agrícola, donde viaje varias veces ayudando a campesinos en la sierra de los andes con construcciones rurales. La diferencia era notable. En algunos casos, la misma gente misma se organizaba y progresaba. En otros lugares, la misma miseria año tras año. No cambiaba. ¿Cuál era la diferencia entre un lugar y otro? La gente misma. Creo que si la mitad de la población de Japón migrara al Perú, y la mitad de la población del Perú migrara al Japón, el Perú en 50 años sería una nación de primer mundo, mientras que Japón sería un país tercermundista. Por su gente.
No, querido amigo. El gobierno no va a arreglar tu baño, tu granja o a tu casa. Ahorra tu mismo. Estoy cansado de ver todos los días en las noticias a gente echándole la culpa al presidente por todo, y hablando como si fuera la responsabilidad del presidente mantenerlos. Gente que no ha pagado un céntavo de impuestos exigiendo al gobierno darles dinero. Es tu responsabilidad haber ahorrado para una crisis. Asume tu responsabilidad.
– Tu no sabes lo que dices Daniel, naciste en cuna rica.
Habían días en los que no teníamos que comer, literalmente. Comencé a trabajar a los doce años, en una ferretería cerca de mi casa. Todos los días de 3 a 7pm. Cuando termine al colegio, no tenía siquiera para mi examen de admisión a la Universidad Nacional. Pude juntar 20 soles (6.3$), y comprar una serie de libros con los que me auto-prepare. Cuando se me ofreció la oportunidad de ir a Inglaterra, y se requería el nivel básico de ingles, aprendí ingles con un juego de CD-Rom’s que compré en la avenida Wilson a 5$, y como no tenía una computadora, iba por las mañanas a la casa de mi amigo Jorge (Coqui) a aprender ingles usando su computadora, porque en casa no tenía computadora. Y así terminé con el nivel básico de ingles, con un juego de Cd’rooms y un diccionario. Cuando estudiaba en el seminario, trabajaba en la Biblioteca del Seminario, y los fines de semana trabaja en limpieza. Aprendí las tablas, vocabulario y los tiempos verbales del griego mientras limpiaba baños, ojeando mis tarjetas de vocabulario en mi bolsillo. Mis circunstancias jamás fueron un obstáculo para progresar. Yo soy responsable de mis acciones. Soy un hombre, y afronto las consecuencias de mi destino, del destino que por la gracia de Dios, me hace responsable. Rehusó morir en la cobardía de echarle a otros, a mis padres, al gobierno, o a las circunstancias, la culpa por mis fracasos. Yo soy culpable de mis fracasos, y solo Dios es misericordioso por mis aciertos.
Casi cada semana hermanos me escriben diciendo algo así: “Hermano, soy un joven seminarista que se esta preparando para servir al Señor, pero no cuento con recursos. ¿Me preguntaba si por favor, podría regalarme algunos libros?”. Hermano, trabaja y cómprate los libros. Estoy realmente cansado de gente que me escribe pidiéndome cosas gratis. Yo fui un estudiante de seminario, pobre, muy pobre, y con el poco dinero que ganaba limpiando baños compraba libros, o leía online.
Hay jóvenes que están en sus 20’s, viven con sus padres, y son unos vagos que se dedican a compartir memes en internet y a «defender la fe» reciclando citas de Spurgeon, Paul Washer, Sproul y otros. ¡Sean hombres! ¡Asuman responsabilidad! Queridos pastores y padres de familia, si su hijo se esta preparando para ser pastor, y esta estudiando en casa, no dejen que sea un vago. Que pague renta en su casa, que contribuya con los gastos, que pague la luz y el agua, o que se vaya a buscar su propio hospedaje. Estar preparándose para servir al Señor no es una excusa para ser un vago. ¿Cómo va a mantener y liderar a una mujer en el futuro si no puede ni siquiera mantenerse y liderarse a sí mismo ahora?
– ¡Yo vivo por fe, el Señor proveerá!
Recuerdo una reunión de jóvenes en mi iglesia. Recién había terminado el colegio, y aún no había entrado a la universidad, así que tendría unos 18 años. Mi pastor en ese entonces, David Liles, me hizo una pregunta: “Daniel, ¿estas pensando en casarte?”. Si pastor, respondí, en unos 3 o 4 años. “¿Y ya comenzaste a ahorrar?”. Su pregunta me dejo frío. Estaba totalmente en lo cierto.
Recuerdo hace algunos años conversando con un joven. Le pregunte:
– “¿Quieres casarte?”. Si, me dijo. “Y cómo vas a mantener a tu esposa e hijos?”. Por fe, fue su respuesta. Joven, si piensas así, ninguna mujer va a querer casarse contigo. Vas a tener 30 años y vas a seguir siendo un mantenido viviendo en la casa de tus padres. Si quieres casarte, ahorra dinero para que tengas una casa que ofrecer a tu esposa, para que puedas tener lo suficiente para mantener a tus hijos. “¡Pero es que hermano, yo dependo del Señor!” ¡Ocioso! ¡El Señor ya ha provisto el medio para proveerte, y es a través del trabajo! He conocido a jóvenes, que pasan sus 20’s sin ahorrar un centavo, luego se casan en sus 30’s, no tienen dinero, y viven de arrimados en la casa de sus padres, o por caridad en casa de alguien más. Lo más trágico es que a menudo jóvenes que están pensando servir al Señor, tienen esta idea, que aunque suena piadosa no tiene ninguna base, que es pensar que porque van a servir a Dios no deben ser cuidadosos con sus finanzas. No ahorran, no tienen un seguro o juntan para una casa, no ahorran para cuando sean viejos, porque “Dios proveerá”. Suena piadoso, pero tal pensamiento viene de las entrañas del diablo. Es una excusa para la irresponsabilidad. Joven, si quieres casarte ahorra. Señorita, te digo esto como si fueras mi hermana, si consideras a alguien para el matrimonio, no solo te fijes en su piedad, sino también pregúntate: “Trabaja?”. Y con esto me refiero, “gana dinero”. No te cases ni te intereses en un vago que depende de sus padres para comer, un reformado de memes de facebook. Ser pobre no es un sinónimo de piedad. Fíjate en un hombre de verdad, responsable y maduro, independiente financieramente, y no en un niño dependiente, por más que sepa recitar una confesión y lea a Calvino.
Las últimas palabras de David a su hijo Salomón fueron las siguientes:
1 Reyes 2.1–2 Y acercándose los días de su muerte, David dio órdenes a su hijo Salomón: “Yo voy por el camino de todos en la tierra. Sé, pues, fuerte y se hombre.
– Libros y derechos de autor.
Han sido más veces de las que quisiera que gente me ha escrito diciendo: “Hermano, ¿por qué no da los libros de la editorial gratis en pdf?”. A lo cual respondo: “No tengo ningún problema en darlos en pdf hermano. Si usted paga los derechos de autor, traductores, registro legal, diseñadores, etc.” En el pasado no existía piratería de la manera que tenemos ahora porque reyes, o gobernantes, o comités de iglesias, encargaban y pagaban a un teólogo para que escribiera un libro. De esa manera el teólogo tenía su paga asegurada para vivir por un año o dos, o lo que le demorara escribir el libro. Y el libro se podía republicar libremente porque alguien más pagaba por su producción. Este no es el caso el día de hoy. Los autores viven de lo que publican, y si van a la tienda a comprar leche para sus hijos, el bodeguero no le va a decir: “Hermano, tome la leche gratis para que pueda seguir escribiendo”. No, sino que le van a decir, “Son 2 $ por favor”. No solo me daría una vergüenza increíble, sino también repudio, escribirles a hermanos en USA pidiéndole que me den los derechos de sus libros gratis. Es como insultarlos, e insultarme a mí mismo. Es aceptar que somos una nación miserable, que no puede pagar por un libro, pero sí puede pagar un pollo a la brasa. Se debe ser justo.
Hemos pagado por los derechos de nuestros libros entre 300$ a 1200$ (por libro). Esto es justo porque muestra aprecio al esfuerzo y trabajo de los autores para producir su libro, a los meses que han pasado en la investigación, etc, porque viven de eso. Se de gente que le escribe a hermanos en USA pidiendo que no le cobre por los derechos de sus libros, y en casos, algunos autores por un sentido de servicio, culpa, paternalismo o sentido de superioridad, dan sus libros sin derechos. Hermanos latinos, hacer esto no es correcto. Tengan un poco de dignidad y honor. Esto perpetua la imagen que tanto en USA y Europa se tiene de los cristianos latinos, como incapaces de liderarse a sí mismos, y dependientes de la caridad del extranjero. Hay otras editoriales, incluso que se llaman “reformadas” que piratean libros, los traducen y los venden. Esto es pecado, y deberían estar no solo bajo el juicio de Dios, sino también del Estado.
Por otro lado, hay editoriales que genuinamente buscan lucrar y que cobran precios excesivos a sus libros. Esto también es pecado, es usura. Las editoriales deben ser sensibles en lo que cobran, y deben ser justas en lo que pagan.
Conclusión
Ser reformado es primariamente un asunto de ética, honor, y valores. Algo que está casi ausente en Latinoamérica, salvo algunas excepciones. Misionero, si quieres ayudarnos, no nos regales cosas. Padre, si quieres ayudar a tus hijos, no los conviertas en mantenidos. Pastor, no permitas que aquellos que se preparan para el ministerio sean unos vagos que se dediquen a estudiar solamente y que luego anden pidiendo dinero para mantenerse. Que trabajen y ganen su dinero. Señorita, fíjate en alguien que sea piadoso, pero también económicamente independiente, no en un reformado de memes de Facebook. Hermano, joven, sean hombres. Sean maduros. Sean honorables y responsables. ¡Oh Señor, a dónde se han ido los hombres! Antes formaban un hogar, lideraban una mujer y mantenían un hogar y estaban dispuestos a ir a los leones a los 22 años, hombres jovenes ganaban guerras peleando en países extranjeros. Hoy postean memes de Calvino y de Lutero.
Mi amado hermano, quisiera dejarte con las palabras de Ezequiel 22.23–30, que creo que reflejan bien nuestra situacion actual:
Y vino a mí la palabra del Señor:
“Hijo de hombre, dile a Israel: ‘Tú eres tierra que no ha sido lavada ni mojada con la lluvia el día de la indignación.’ “Hay conspiración de sus profetas en medio de Jerusalén, como león rugiente que desgarra la presa. Han devorado almas, de las riquezas y cosas preciosas se han apoderado, las viudas se han multiplicado en medio de ella.
“Sus sacerdotes han violado Mi ley y han profanado Mis cosas sagradas; entre lo sagrado y lo profano no han hecho diferencia, y entre lo inmundo y lo limpio no han enseñado a distinguir; han escondido sus ojos de Mis días de reposo, y he sido profanado entre ellos. “Sus príncipes en medio de la ciudad son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre y destruyendo vidas para obtener ganancias injustas.
“Y sus profetas los han recubierto con cal, viendo visiones falsas y adivinándoles mentiras, diciendo: ‘Así dice el Señor Dios,’ cuando el Señor no ha hablado. “Las gentes de la tierra han hecho violencia y cometido robo, han oprimido al pobre y al necesitado y han maltratado injustamente al extranjero.
“Busqué entre ellos a algún hombre que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de Mí a favor de la tierra, para que Yo no la destruyera, pero no lo hallé.”
Tomado de: semperreformandaperu.org
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