“Herencia de Jehová son los hijos” (Salmos 127:3). Nada es más emocionante que mirar a un bebé recién nacido, el cual Dios te ha confiado a ti. Es una estremecedora responsabilidad que Dios ha colocado en tus manos como esposo y esposa. Es una persona que enseñarás y moldearás por tu ejemplo. Nada es más maravilloso que escucharles reír, cantar, y a veces llorar mientras aprenden las alegrías y las lecciones de la vida. Estudios han revelado que el 85 % de la influencia sobre la vida de un niño viene del hogar. Ellos serán lo que el hogar es. Serán conducidos a Dios y Su Palabra, por tu enseñanza y por tu estilo de vida. Mucho del destino físico y eterno de sus vidas yace en tus manos. A través de tu vida, ellos deben estar primeros en la lista de tus oraciones diarias.
Hay también dolores de cabeza porque los hijos tienen una voluntad. Ellos pueden hacer elecciones que están claramente equivocadas. Esto puede romper tu corazón. De todos modos, deberías dejarles ir, recuerda la historia del hijo pródigo en Lucas 15:11-24. Seguramente el padre pasó muchas noches de insomnio orando por su muchacho. El estaba mirando siempre al camino por el cual su hijo retornaría a su casa. Cuando él volvió, perdón había en el corazón de su padre quien no lo dejó terminar de contar a su hijo cuan arrepentido estaba. Ese es el corazón de un verdadero padre cristiano.
Se cuenta la historia de un hombre que tiró abajo uno de sus edificios del campo que había estado en pie por más de 20 años. Dejó allí una mancha sin atractivo, pero al llegar la primavera, y el sol y la lluvia caer sobre el lugar donde el edificio había estado, el propietario se sorprendió al encontrar innumerables flores brotando. Evidentemente esas semillas habían estado allí todo el tiempo, pero carentes de lluvia y sol habían sido impedidas de brotar y florecer. Muchos hogares tienen en ellos tales posibilidades de bellezas no desarrolladas.
Afecto y Unidad
Tenemos la política en nuestro hogar que los hijos pueden hacer cualquier pregunta, en todo tiempo que quieran hacerlo. De hecho, les animamos a compartir todo, y ellos tienen el derecho de disentir con cosas que nosotros decimos. De todos modos, siempre tenemos esta política: “todo es debatible, pero no siempre negociable”. Cuando mis hijos se hicieron mayores, esos tiempos dieron lugar a grandes discusiones bíblicas. ¡Supimos que esto estaba haciéndolos pensar! Esto estaba confirmándoles lo que creemos y lo que la Biblia enseña. Nosotros siempre tenemos una política con nuestros hijos, que si ellos quieren hablar, estamos listos para escuchar. A menudo, al irse a la cama, tienen una pregunta, tal vez no porque realmente quieran una respuesta, sino mas bien porque no quieren ir a dormir. De todos modos, siempre usamos este tiempo, porque si están interesados en hablar, estaremos interesados en escuchar.
Una de las más grandes fallas en los hogares es que los padres no se comunican con sus hijos. Demasiado a menudo, hermanos y hermanas salen del hogar y buscan consejo de sus amigos más cercanos. A veces ellos hacen preguntas que no son respondidas en el hogar, o tienen temor de hacerlo en el hogar. Un amigo no sería como un hermano o hermana, sino un muchacho o una chica cercanos que podrían dar respuestas equivocadas. La razón de esto podría ser obvia. A menudo la vida familiar, por su propio carácter de cercana y constante asociación, podría tender a perder un poco de su interés y frescura. Los hijos deben entender que sus mejores amigos son sus propios hermanos y hermanas. Los amigos vienen y se van, pero la familia es para siempre. Podemos tener por seguro que, no importa cuan cercana sea una relación entre amigos fuera del hogar, esta nunca puede ser tan verdadera y cercana como la relación entre hermanos y hermanas. “La sangre es más espesa que el agua,” dice el viejo proverbio. Muchos padres pueden pensar que el amor y el afecto familiar es una especie de instinto y que no necesita desarrollo. Nada mas lejos de la verdad. Los padres deben abiertamente demostrarlo. El mismo proceso de sacrificio, disciplina, falta de egoísmo y amorosa consideración de los otros une corazones a corazones en el hogar. Sólo porque los corazones estén ligados juntos no significa que ellos necesariamente serán corazones amorosos, sin embargo hay una demostración y un ejemplo claramente enseñado y vivido en el hogar. Escuchar las palabras del padre y la madre diciendo, “lo siento,” “perdóname,” y “te amo” son lecciones que ellos nunca olvidarán.
Un Hermano debería ser Guarda y Defensor de Su Hermana
La historia de Charles y Mary Lamb es una historia familiar que ha sido contada muchas veces. En un repentino rapto de demencia, la hermana quitó la vida de su propia madre. Desde aquel momento en adelante, ella fue objeto de recurrentes arrebatos de demencia violenta. Hubo síntomas premonitorios, y cuando esto se confirmó, Charles y Mary irían, mano en mano, al asilo, donde por un tiempo, ella debía ser confinada. Uno de sus amigos dice cómo él repentinamente vino a Charles y Mary que estaban llorando amargamente mientras caminaban de la mano por una pequeña senda rumbo al asilo. Esto fue una prueba que Charles Lamb cargó, no por uno o dos años, sino por 35 años, todo ese tiempo en amor y paciencia. ¡Sí!, un hermano está para ser el protector de su hermana!
Hay otra manera en que podemos protegerla. Cada hombre joven conoce los hombres jóvenes que son impuros y malvados. El no estará a su lado y verá a ese hombre joven llegar a ser compañero de su pura hermana. El la advertirá, si es un verdadero hermano, del carácter de ese hombre. Una hermana hará bien en hacer caso y buscar el consejo del hermano acerca de los hombres con quienes ella podría formar amistades cercanas. Así mismo, un hermano hará bien en hablar confidencialmente y francamente con su hermana acerca de mujeres jóvenes con quienes él esté considerando citas. Las muchachas conocen a las muchachas y los muchachos conocen a los muchachos. Una hermana sabe si una chica es verdadera y digna de la consideración de su hermano, o si ella está encubriendo su verdadero carácter y seduciéndolo. Una verdadera hermana sabrá y le dirá a su hermano esas cosas, y el hermano hará del mismo modo con su hermana.
Un Hermano y una Hermana serán una inspiración de Pureza y Virtud uno para con el otro
El más grande desafío que un joven hombre o una joven mujer encara hoy, es guardarse a sí mismo puro. Ellos oyen: “todos lo hacen”. ¡Eso es una mentira! Supongamos que decimos que todos están consumiendo drogas. ¿Lo hace cierto?. ¡No! Una pura vida moral es difícil de guardar para cada hombre joven o mujer joven, de todos modos, es una elección que deben hacer. Hay presión a cada lado para luchar. Dios dice, “Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).
Las tentaciones prueban a un hombre joven, a menudo más encubiertamente y fuertemente lo hacen con una mujer joven. De todos modos, un gran versículo para memorizar es I Corintios 10:13. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
¡Cada hermana tiene una oportunidad de ayudar aquí! Ella puede ser un ejemplo en acciones y actitudes, tan pura y dulcemente atractiva, que la memoria de su carácter acompañará a su hermano en el mundo y le servirá como un escudo de defensa. Cuando el mal le tiente a él, los pensamientos de su hermana se levantarán como un ejemplo delante de él, brindando diáfano disgusto y aborreciendo lo que le tienta. Seguramente vale la pena para cada chica buscar tener esta influencia en la vida de su hermano. Ella puede hacer la virtud tan atractiva que él siempre rechazará el vicio. Ella no podría tener mayor cumplido o piropo que el que un hermano diga que quiere casarse con alguien con el carácter de su hermana. “¿Quién hallará mujer virtuosa? Porque su valor sobrepasa al de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10).
Cada hermano debería poner delante de su hermana el ejemplo de fina, limpia, y noble hombría. Su carácter y lenguaje, además de su testimonio cristiano, deberían ser una clara guía como un estándar que ella busque en un hombre. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45). Por lo tanto, su ejemplo guiará a ella cuando elija un esposo. Porque de la vida y del carácter de su hermano, sus ideales serán tan altos que nadie sino el más digno podrá tener esperanza de conquistarla; así ella será salvaguardada.
La palabra “salvaguardar” es grandemente necesaria hoy en día. Estándares en muchos lugares tales como televisión, revistas y la Internet están saturados con pornografía. Muchos otros medios públicos están desastrosamente bajos respecto a asuntos morales. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Muchas chicas fallan en darse cuenta de esta gran oportunidad y responsabilidad. Una Nación nunca se levantará más alto que sus mujeres, y los hombres son solamente tan buenos como las mujeres les imponen ser. No debemos poner un inmerecido peso de responsabilidad sobre los hombros de las mujeres, de todos modos, el hecho es que las hermanas en el hogar y las mujeres en general tienen en sus manos los destinos de sus hermanos y de otros hombres jóvenes, más de lo que a menudo toman conciencia.
Hermanos y hermanas deberían preservar su mutuo amor y vínculos a través de los años. Es fácil distanciarse. Cambio de residencia desde una parte del país a otra, junto con el crecimiento de familias, e intereses y responsabilidades divergentes hacen difícil guardar sus vínculos cercanos, afectivos y firmes. De todas maneras, se puede hacer. Hoy tenemos medios de comunicaciones instantáneos como en ningún otro tiempo de la historia, e-mails, teléfonos y mensajes al instante. Si hay una pregunta, aun sentirnos libres de buscar consejo, debería hacerse; y en muchas familias cristianas se hace. Hermanos y hermanas, con sus herencias comunes, sus mutuas bendiciones y memorias del hogar deberían permanecer vinculados. La familia es una unidad ordenada por Dios y permanecerá no solamente a través de este mundo, sino también a través de toda la eternidad. Vivamos entonces con un sentido de responsabilidad y amor con mutua paciencia y disposición a ayudarnos, de modo que estemos mejor preparados para la vida allá.
Si tus vínculos familiares se aflojaron, si frialdad e indiferencia, o malos entendidos y crítica, han arruinado la relación que fuera una vez cercana, fuertemente te amonesto a que hagas lo que puedas para restaurar la relación. Un llamado telefónico, una carta o un e-mail puede ser el primer paso hacia la restauración de los viejos vínculos. Piénsalo.