Hijo de Dios
Escrito por Sal Y Luz Radio en 29/01/2022
Juan, el último discípulo sobreviviente de Cristo, que vive en el exilio, cuenta su historia.
Jesús nace de una virgen (Leila Mimmack), y entonces tres hombres sabios lo visitan y declaran que va a ser el futuro rey. 33 años después, un adulto, Jesucristo (Diogo Morgado) viaja a Galilea y comienza a reclutar seguidores, a Santiago, a su hermano Juan, a Pedro el pescador, a Mateo, el recaudador de impuestos. Estos hombres se convertirían en sus discípulos. A través de sus enseñanzas y numerosos milagros, Jesús acumula una enorme cantidad de seguidores, que comienzan a llamarle el Mesías. También atrae la atención de los fariseos, los líderes religiosos judíos. Los fariseos afirman que Jesús blasfema ante Dios al perdonar los pecados, lo cual es algo que solo Dios puede hacer. Jesús les responde diciendo que es el Hijo de Dios.
Jesús anuncia a sus discípulos que vayan a viajar a Jerusalén para las próximas Pascuas. Entra en la ciudad montado en un burro y se encuentra con una gran multitud de seguidores que extienden hojas de palma en su camino (lo que hoy en día se celebra como el Domingo de Ramos). Caifás, el jefe de los fariseos, teme su presencia y que la ciudad, ya próxima a la rebelión contra los opresores romanos mandados por Poncio Pilato, el gobernador romano, vaya a agitarse todavía más. Este ya ha advertido a Caifás que si hay algún problema con los judíos cerrará el Templo, cancelando así la Pascua. Al entrar en el Templo, Jesús ve a los cambistas y procede a expulsarlos de sus mesas. Ese acto es vitoreado por la gente y suscita el desprecio de los fariseos. Más tarde, Jesús le dice a una niña que el Templo no tardará en caer hasta la última piedra. Los fariseos toman esto como un plan para destruir el Templo, y deciden que Jesús debe ser detenido.
Judas, uno de los discípulos de Jesús, va a hablar con los fariseos. Él también cree que Jesús está yendo demasiado lejos y quiere ayudar. Los fariseos le dan 30 monedas de plata a cambio de su ayuda. Esa misma noche (la noche antes de la Pascua), Jesús dice a los discípulos que esta será su última cena y que uno de ellos lo va a traicionar. Más tarde, en el huerto de Getsemaní, Judas besa a Jesús en la mejilla. Este revela su traición y es arrestado por los fariseos, acusado de blasfemia. Los discípulos huyen del huerto para salvarse a sí mismos.
Caifás ordena un juicio inmediato, aunque sea tarde en la noche y no en público, que son violaciones de la ley judía. Teme que una prueba abierta en la Pascua cause problemas, y Pilato cierre el templo. Caifás le pregunta a Jesús si él es el hijo de Dios, y él responde “Yo soy”. Esto es todo lo que los fariseos necesitan escuchar, e inmediatamente lo encuentran culpable de blasfemia.
Esa mañana, ante una creciente multitud, Caifás anuncia la culpa de Jesús y revela que la pena por blasfemia es la muerte. Judas, horrorizado por lo que ha hecho, arroja la plata a los fariseos y sale corriendo; más tarde se cuelga. Caifás cree que si los fariseos mataban a Jesús en la Pascua, comenzaría un motín, por lo que lo entrega a los romanos para el castigo. Pilato le dice a Caifás que Jesús no violó ninguna ley romana, pero le ordena que sea azotado 40 veces. Como es la Pascua, Pilato dice que seguirá la tradición y liberará a un prisionero que la gente elija, y si eligen a Jesús, él será liberado. Para entonces, la madre de Jesús, Mary (Roma Downey), ha llegado a Jerusalén para ver qué le está pasando a su hijo.
Pilato le ordena a la multitud que entre a su patio para elegir si liberar a Jesús o Barrabás, un asesino convicto. Dado que a ninguno de los seguidores de Jesús se les permitió entrar al patio, Caifás se toma el voto fácilmente para que Barrabás sea puesto en libertad. Entonces Pilato le pregunta qué debe hacer con Jesús, y nuevamente Caifás hace girar a la multitud para que lo ejecuten a través de la crucifixión. Al temer una revuelta entre la gente hostil, Pilato ordena la crucifixión, luego literalmente se lava las manos de la situación. Un Jesús maltratado y ensangrentado luego lleva su cruz al Gólgota y es clavado a ella por los burlones guardias romanos, quienes anteriormente le habían colocado una corona de espinas en la cabeza. Antes de poner la cruz en su lugar, Pilato ordena una señal adjunta a ella, que dice: “El rey de los judíos”, para consternación de Caifás. Con Juan, María y María Magdalena observando con horror, Jesús cuelga de la cruz durante varias horas agonizantes. Después de perdonar a los romanos y a los fariseos que lo condenaron a muerte, pregunta por qué Dios lo abandonó y declara: “Todo ha terminado”. Cumplido, Jesús muere mientras el templo y la tierra tiemblan por el terremoto. Mientras se derrumban las lámparas, las cortinas en el templo donde se suponía que el espíritu de Dios estaba presente, se rompen. Luego lo bajan de la cruz y lo colocan en una tumba, que se sella con una roca grande.
Tres días después, María Magdalena va a visitar la tumba, pero se sorprende al ver la roca rota y la tumba vacía. Ella ve a un hombre junto a la entrada de la tumba y se da cuenta de que él es Jesús; Jesús ha resucitado. María va al escondite de los discípulos y les dice las buenas nuevas, pero no le creen. Jesús entonces se les aparece, y todos ahora creen, excepto “Dudar” de Tomás. Una vez que Tomás toca a Jesús, entonces cree. Cuarenta días después, Jesús les habla a sus discípulos y les dice que viajen por el mundo para difundir su mensaje. Luego asciende al cielo y los discípulos van por caminos separados.
La película concluye con un anciano Juan que dice que todos los discípulos fueron asesinados por sus creencias, excepto él. Ha sido exiliado a vivir solo en una isla desierta hasta que muere. Juan luego ve a Jesús, quien le dice que no morirá, sino que tiene vida eterna, y que Jesús regresará un día.